LUIS ESCÓBAR V.
es periodista
El 5 de mayo, Juan Pinto (26 años) recibió una noticia que no imaginó ni en sus peores pesadillas. Irás a vigilar el Cementerio General, le dijeron en la empresa G-Seguriti para la que trabaja. La Alcaldía, que administra el camposanto, había decidido contratar el servicio de seguridad privada para proteger de los vivos el sueño de los muertos.
“Trabajo de noche, así que, pasada la sorpresa, dije que sí. Además, recordé la frase popular: hay que temer a los vivos y no a los muertos”. Otros tres jóvenes se sumaron a las rondas que duran 12 horas y que deben comenzar a las siete de la noche.
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